Torres Quevedo (Un Cantabro)

Torres Quevedo
Uno de los inventores de mayor trascendencia científica de los que aquí se recogen, Leonardo Torres Quevedo, nació en la aldea de Santa Cruz de Iguña, Cantabria, en 1852. Comenzó sus estudios en Bilbao y los culminó en París y posteriormente en Madrid, en la Escuela Oficial de Ingenieros de Caminos. Durante algún tiempo ejerció la profesión en los ferrocarriles pero muy pronto la abandonó para dedicarse, según sus propias palabras, "a pensar en sus cosas". A los 37 años se traslada definitivamente a Madrid, donde se centrará de forma exclusiva en su trabajo como inventor hasta su muerte en 1936.
Torres Quevedo alcanzó renombre mundial por sus inventos, uno de los cuales, el dirigible de armadura funicular, fue adoptado por Francia y el Reino Unido y se empleó en la primera guerra mundial. Inventó además un teleférico que aportó una seguridad y sencillez de funcionamiento muy superior a los existentes hasta entonces. Siguiendo este modelo se construyó el transbordador de las cataratas del Niágara, que continúa en funcionamiento hoy en día.
Fruto de su trabajo fue también la invención de varias máquinas de calcular mecánicas y electromecánicas: algunas permitían resolver ecuaciones polinómicas de cualquier grado, otras integrar ecuaciones diferenciales. Dentro del campo de la automática, ciencia que definió en el campo teórico, inventó el "telekino", un sistema de telemando con el que se introduce el mando a distancia por ondas hertzianas, y dos "ajedrecistas", que fueron una de las primeras manifestaciones de inteligencia artificial.

Cervantes (Un Madrileño)

Miguel de Cervantes Saavedra(1547-1616)
Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) nació en Alcalá de Henares (Madrid).Instalado en la capital, desde 1568 cursó estudios en la escuela de López de Hoyos, donde escribió sus primeras poesías. Después, hirió en duelo a un tal Antonio de Sigura, lo que pudo pagar con diez años de destierro y con su mano derecha, pero huyó de España.
En 1570, se halla en la Roma del cardenal Acquaviva, entre lujos y refinamientos. Pronto, cambia de vida, alistándose en la expedición contra los turcos. Así quedaría absuelto de su crimen. En 1571 participó, enfermo, en la batalla de Lepanto, donde perdió el uso de su mano izquierda. Aun así, continuó en otras expediciones navales.
Cuando decide regresar a España en 1575, con cartas de recomendación de Juan de Austria, piratas berberiscos atacan su galera cerca de Barcelona. Lo capturan, junto a su hermano Rodrigo, y encierran en las prisiones -baños- de Argel. Por sus cartas de recomendación o por su atractivo personal, sobrevivió a cuatro intentos de fuga -1576-77-78 y 79-, cada uno de los cuales se castigaba habitualmente con pena de muerte.
Cuando sus hermanas y los frailes trinitarios lo rescatan en 1580, Miguel se encuentra confundido en su propio país, del que se ausentó doce años antes. En 1584 nace Isabel, de sus relaciones con Ana Franca, y contrae matrimonio con Catalina Salazar. Un año después publica La Galatea (1585), novela pastoril, con éxito, lo que no logró en el teatro.
Tras algunos tanteos, acepta en 1587 requisar trigo en Sevilla para la Armada Invencible y otras comisiones por Andalucía. La falta de puntualidad en el pago de su salario y la inestable fortuna en el juego le llevan en 1597 a la cárcel de Sevilla, donde debió conocer personajes que retrató en sus obras.
En 1604, vive en Valladolid, ultimando la primera parte de su gran obra. Un penoso episodio, en el que murió Gaspar de Ezpeleta, hace que la familia Cervantes quede arrestada y se insinúe que algunas de sus mujeres mantienen relaciones con ciertos personajes. Liberados, deciden instalarse en 1607 definitivamente en Madrid, donde ya en 1605 había aparecido la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Su éxito fue arrollador y animó a Cervantes a publicar otros escritos: en 1613, las Novelas Ejemplares, primera obra que en castellano se adscribe al género novela. Enseguida, su poema Viaje del Parnaso y sus Ocho comedias y ocho entremeses nunca antes representados, ambos de 1614.
La publicación en 1615 de la segunda parte de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha confirma el éxito obtenido con la primera. Sin embargo, la situación económica de su autor era aún precaria. Nunca olvidó su idea de marchar a Nápoles como secretario de su virrey, el Conde de Lemos, al que dedicó su novela póstuma Los trabajos de Persiles y Sigismunda (1617).Un año antes fallecía en Madrid el 22 de abril.