(Ordicia, posiblemente en 1508 - Ciudad de México, 3 de
junio de 1568) fue un militar, cosmógrafo, marino, explorador y religioso
agustino español. Participó en las peligrosas expediciones de García Jofre de
Loaísa y Miguel López de Legazpi, y alcanzó fama universal por descubrir y
documentar la ruta a través del océano Pacífico desde Filipinas hasta Acapulco,
conocida como Ruta de Urdaneta o tornaviaje.
En 1525, junto a Juan Sebastián Elcano, formó parte de la
expedición de García Jofre de Loaísa. Al fallecer Elcano, fue uno de los
testigos que firmó su testamento. Tras la campaña de las Molucas, muertos
Elcano y Loaisa (1526), regresó a España en 1536 al mando de la expedición en la
única nao llegando a Lisboa, donde le fue incautada por el Rey de Portugal la
numerosa e importante información recabada en el periplo de una
circunnavegación de 11 años. Recomendamos leer la biografía de García Jofre
para conocer mejor la historia de esta fantástica y épica expedición.
Ya en la corte de España, visitó al Emperador y le entregó
una memoria recuperada de su conocimiento sobre el viaje y acerca de esas
ansiadas islas. De su estancia en las Molucas regresó con una hija que entregó
a su hermano en adopción. De España pasó a México, de la mano de Pedro de
Alvarado quien lo convierte en un personaje importante de la colonia de Nueva
España ya que quería incluirlo en nuevas expediciones a las Molucas y
Filipinas. A la muerte de éste sigue contando en los proyectos con la confianza
del virrey Luis de Velasco. Sorprendentemente y tras ostentar puestos políticos
notables, en marzo de 1553 a
sus 45 años, ingresó como fraile en la orden de San Agustín en un convento de
la capital mejicana.
Años después haría el gran trabajo de su vida, la
documentación del tornaviaje o ruta de regreso desde Filipinas por el pacífico
en la expedición de Legázpi. Esto fue de gran importancia para el comercio del
imperio español e incluso hoy en día es una de las principales rutas
comerciales.
Ruta de ida
El 21 de noviembre de 1564
zarparon de Acapulco, México. La ida a Filipinas se desarrolló en dos meses con
los vientos alisios a favor siguiendo una ruta ya conocida.4
Espera en Filipinas
En Filipinas permanecieron cuatro
meses reparando los barcos y esperando el tiempo a favor para iniciar el
regreso a primeros de junio.
La ruta de vuelta desde las
Filipinas por el Oeste era estratégicamente muy importante, pues permitiría a
la Nueva España el comercio con el Este de Asia sin navegar por aguas
controladas por los portugueses en las Molucas, India y África. Urdaneta y
otros pilotos, conocían los intentos anteriores y continuaron el esfuerzo
navegando hacia el norte buscando hallar una corriente favorable que los
llevara nuevamente hasta América.
Ruta de vuelta o tornaviaje. Ruta
del tornaviaje de Filipinas a Acapulco, México
En 1565, el fraile Andrés de
Urdaneta, al frente del galeón San Pedro, hizo posible esta ruta comercial al
encontrar la derrota del viaje de regreso desde Manila, en las islas Filipinas,
hasta Acapulco, en la costa sur–occidental del virreinato de la Nueva España.
La clave en este viaje –llamado “tornaviaje”– fue navegar desde Manila con
rumbo noreste hasta los 42 grados de latitud norte, frente a Japón, y desde
allí virar al este, para aprovechar la corriente marina del Japón o Kuro Shivo
(o corriente negra) y los vientos monzones del verano, y llegar a las costas de
América del Norte, a la altura del cabo Mendocino.
De allí, Urdaneta viró rumbo
sur–sureste y arribó a Acapulco impulsado por la corriente de California,
después de recorrer tres mil leguas marinas en seis meses. Aquí cabe destacar
un hecho poco conocido de este episodio. Pese a que la historia le da el
crédito a Urdaneta por haber realizado el primer “tornaviaje”, en realidad fue
Alonso de Arellano, comandando un pequeño navío llamado San Lucas, quien llegó
al puerto de San Blas –en el actual estado mexicano de Nayarit– procedente de
las islas Filipinas, unos meses antes que el fraile agustino, en ese mismo año
de 1565.
Lo cierto es que los viajes de
ambos barcos, guiados, respectivamente, por el esforzado agustino y el capitán
novohispano, hicieron posible un circuito comercial que incrementó la fortuna
de muchos almaceneros de la Nueva España, Guatemala y Perú, y nutrió el acervo
cultural tanto de la Nueva España, como de las islas Filipinas
Las crónicas agustinas han dado realce a la actuación de
Fray Urdaneta y, debido a su larga experiencia empírica, se ha asociado su
nombre con la ruta del tornaviaje. Aunque realmente el primero en realizar la
ruta fue Alonso de Arellano, el que la documentó de tal manera que podía ser
explotada y usada fue Urdaneta. Este hecho fue tan importante que muchos
pensaron que Urdaneta había sido el primero en realizar la ruta.
Durante los siguientes 250 años las naves españolas
emplearon esta ruta. En particular el galeón de Manila que recorría el trayecto
Acapulco-Manila-Acapulco.
Hoy sigue siendo una de las principales rutas marítimas del
mundo moderno
La evangelización de las Filipinas, que aún hoy continúa
siendo el único país católico de Asia, se originó gracias a Urdaneta y a los
otros cuatro frailes agustinos que le acompañaron en la expedición de Legazpi,
a los que les indicó que evangelizaran en el idioma nativo