Francisco Gali (Sevilla, 1539 - México, 1591), fue marino
español, recordado por haber realizado un viaje de exploración de la costa del
Pacífico de Norteamérica.
Se hizo célebre por haber navegado hasta el Japón y haber
visitado sus islas. Por este motivo en 1582 recibió el encargo de realizar un
viaje hacia la costa de América del Norte por orden del arzobispo de México y
virrey interino de Nueva España, Pedro Moya de Contreras. Al mando de dos
fragatas, tenía la misión de encontrar un puerto que sirviera de apostadero a
los barcos procedentes de Manila y que se dirigían al Perú, y además, debía
comprobar la si la costa de América estaba unida a la costa de Asia. Gali,
llega hasta el Japón en su relato sobre sus viajes cree en la existencia de un
estrecho. Exploró algunas de las islas del archipiélago de Hawái, la costa de
Baja California y la bahía de San Francisco. En 1584 amplió sus exploraciones
por la zona y descubrió Nueva California. Escribió una crónica de sus viajes.
Falleció al final de su viaje, y sus informes propiciaron que se realizaran una
nueva expedición al mando de Pedro de Unamuno.
Francisco Galí, arribó a la Nueva España y se avecindó en la
población de Tlacotalpan cuya traza realizó. Escribió una relación
pormenorizada del viaje que realizó en el galeón de Manila hacia Macao, y desde
ahí partió para Acapulco en julio de 1584, siguiendo rumbo noreste, y reportó
una corriente recia a 300 leguas al este de Japón, la cual continuó unas 700
hasta un punto a 200 leguas al oeste de la costa de California, donde tocó
tierra cerca de lo que hoy es la bahía de Santa Cruz.
Al arribar a Acapulco en enero de 1585 presentó su memorial
al virrey Moya, quien le encargo la búsqueda del estrecho de Anían y de un
puerto para el resguardo de los galeones de Manila. En marzo volvió a la
capital filipina para organizar un viaje de regreso, pero antes de terminar los
preparativos la muerte le sorprendió en enero de 1586.
Francisco Gali, junto con un navegante valenciano llamado
Juan Jaime, proyectaron el viaje desde Manila hasta Acapulco con el objeto de
medir la declinación de la brújula mediante un instrumento construido por Juan
Jaime, entre otras causas.
El manuscrito de dicho viaje, fue remitido al virrey, pero
por causas desconocidas, llegó a manos del holandés Jan Huygen van Linschoten,
que lo publicó en su idioma como Derrota de las Indias (Ámsterdam, 1596, 1614
y1626); se publicaron también traducciones al inglés (Londres, 1598) al alemán
en el mismo año, al latín (La Haya, 1599) y al francés (Ámsterdam, 1610, 1619 y
1638). Linschoten se hizo famoso por allegarse documentos secretos con
información náutica recopilada por navegantes españoles y portugueses. El destino
del manuscrito Galí es uno más de los misterios que se suman a las historias
que envuelven a los manuscritos e impresos novohispanos del siglo XVI. Hasta la
fecha se desconoce el destino del manuscrito original realizado por éste
destacado navegante , cartógrafo y urbanista.