Torres Quevedo
Uno de los inventores de mayor trascendencia científica de los que aquí se recogen, Leonardo Torres Quevedo, nació en la aldea de Santa Cruz de Iguña, Cantabria, en 1852. Comenzó sus estudios en Bilbao y los culminó en París y posteriormente en Madrid, en la Escuela Oficial de Ingenieros de Caminos. Durante algún tiempo ejerció la profesión en los ferrocarriles pero muy pronto la abandonó para dedicarse, según sus propias palabras, "a pensar en sus cosas". A los 37 años se traslada definitivamente a Madrid, donde se centrará de forma exclusiva en su trabajo como inventor hasta su muerte en 1936.
Torres Quevedo alcanzó renombre mundial por sus inventos, uno de los cuales, el dirigible de armadura funicular, fue adoptado por Francia y el Reino Unido y se empleó en la primera guerra mundial. Inventó además un teleférico que aportó una seguridad y sencillez de funcionamiento muy superior a los existentes hasta entonces. Siguiendo este modelo se construyó el transbordador de las cataratas del Niágara, que continúa en funcionamiento hoy en día.
Fruto de su trabajo fue también la invención de varias máquinas de calcular mecánicas y electromecánicas: algunas permitían resolver ecuaciones polinómicas de cualquier grado, otras integrar ecuaciones diferenciales. Dentro del campo de la automática, ciencia que definió en el campo teórico, inventó el "telekino", un sistema de telemando con el que se introduce el mando a distancia por ondas hertzianas, y dos "ajedrecistas", que fueron una de las primeras manifestaciones de inteligencia artificial.
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