Manuel de Falla

El 23 de Noviembre de 1876 nace Manuel de Falla y Matheu en Cádiz. La fantasía y la creación son un componente habitual en la vida del niño.


Soñaba con ser escritor y sus primeros contactos con la música proceden de las enseñanzas de su madre y de profesores locales, no estando ausente el cante popular andaluz.

Cádiz había tenido gran desarrollo como puerto de ultramar y - aunque ya en decadencia por las modificaciones del mundo colonial - gozaba de una buena vida de representaciones de ópera y zarzuela. El mismo Falla cuenta que a los 17 años, en medio de un concierto en que se interpretaban, entre otras, obras de Grieg, sintió que su vocación definitiva era la música.

Acompañando esta primera formación musical, la religiosa - que pesaría en distintos momentos de su vida - también marcó sus primeros años.

Madrid

En la capital de la vida cutural española, en torno a 1900, reina la zarzuela. El joven Falla estudia el piano con José Tragó, profesor del conservatorio y condiscípulo de Albéniz. Comienzan a esbozarse sus primeras pequeñas composiciones y, en 1899, obtiene el Primer Premio de piano. Guíado por Amadeo Vives, intenta suerte en el mundo de la zarzuela, de las que sólo estrena una, Los amores de la Inés, con buen éxito en abril de 1902.

Su objetivo era encontrar un lenguaje en el que poder expresarse. En esta búsqueda conoce a Felipe Pedrell (1841-1922), compositor y teórico catalán, y sigue sus clases durante un par de años.

En 1904 comienza a trabajar con el escritor Carlos Fernández Shaw en la ópera La Vida Breve, que recibe al año siguiente el premio de la Academia de Bellas Artes. Ese año de 1905 logra también un premio de interpretación como pianista, pero es la composiciòn lo que le atrae. El ambiente musical español no le ofrece posibilidades de desarrollar sus proyectos. Toca en concierto obras de Debussy, y realiza al fin su ansiado viaje a París en el verano de 1907.

París

Centro del mundo artístico. Allí consigue uno de sus objetivos: Paul Dukas le recibe en su casa y escucha con atención y entusiasmo su ópera. Otro tanto le ocurre con el admirado Claude Debussy y con su compatriota Albéniz. Los cuatro serán pronto buenos amigos y el joven aprovechará sus enseñanzas. La etapa de París será fundamental, y Falla participa activamente en la construcción de ese magnífico "espacio común" de donde salieron tan importantes obras para el arte del siglo XX. Su amigo Joaquín Turina comparte estos años en la capital francesa.

Compone las Cuatro Piezas Españolas, que en marzo de 1909 son estrenadas con gran éxito por Ricardo Viñes, e inmediatamente sobre textos de Th.Gautier las Trois Melodies, que estrena en la Societé Musicale Independante al año siguiente. En estos años trabaja en lo que serán las futuras Noches... Stravinsky estrena la consagración de la Primavera. En abril de 1913 por fin estrena La Vida Breve en el Casino municipal de Niza con gran éxito, que pasa poco después a la Opera Cómica de París.

Ya en 1914 y con ánimo de permanecer en la capital francesa, comienza a trabajar en las Siete Canciones Populares Españolas.

La guerra le obliga a retornar a España, instalándose nuevamente en Madrid.

Madrid

Falla y Turina regresan a esta ciudad empujados por la guerra desencadenada en Europa. A finales de ese mismo año, el Teatro de la Zarzuela da a conocer La Vida Breve, y comienza una etapa de gran actividad.

En enero de 1915 se estrenan las Siete Canciones, que compuso en sus últimos días de París. A raíz de la guerra europea, Madrid se transformará en un centro cultural importante.

El matrimonio María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra, retoman pronto en la capital española la amistad con el músico, e inician una importante serie de colaboraciones para el teatro. Falla piensa su música en términos escénicos y trabaja con vistas al estreno de El Amor Brujo, en la que sería su primera versión, en abril de ese año. Por fin conoce Granada.

Poco después se traslada a Barcelona en compañía de los Martínez Sierra para colaborar en algunos montajes teatrales. Allí pasa una temporada - casi seis meses - durante los que termina prácticamente las Noches en los Jardines de España, y prepara una nueva orquestación de El Amor Brujo.

En abril de 1916 se estrena en Madrid Noches en los Jardines de España. Este mismo año, en que muere su gran amigo Granados, llegan los "Ballets Russes", y Diaghilev se entusiasma al oír esta obra, solicitándole sin éxito una adaptación para ballet. También se interesa en este sentido al conocer los trabajos ya avanzados de la Pantomima El Corregidor y la Molinera en la que Falla trabajaba y que se estrenará en la primavera de 1917. La presencia de los Ballets Russes en España, así como la de Diaghilev, Stravinsky, Ansermet, Rubinstein, etc. acompaña a Falla en su nueva aventura : transformar esta pantomima en un ballet.

Rubinstein, con ánimo de ayudar a Stravinsky que pasaba un mal momento económico, le hace llegar por medio de Falla algún dinero solicitándole la composición de una obra. Un pedido similar hace a don Manuel, que dará como resultado en 1919 la composición de la Fantasía Baetica para piano.

1919 es un año de contradicciones: en febrero había muerto su padre, en junio de estrenan algunos fragmentos de la nueva versión del Sombrero en Madrid, y en el mes de julio, encontrándose en Londres en pleno trabajo para el estreno de El Sombrero de Tres Picos (adaptación de El Corregidor) con los Ballets Russes y Picasso, debe partir con urgencia hacia Madrid conociendo en el camino la noticia de la muerte de su madre. Desde París, en 1918 la Princesa de Polignac le había pedido una obra para el teatrillo de su salòn. A partir de las lecturas y trabajos sobre el Quijote y la mirada puesta en el traslado definitivo a la ciudad de Granada, El Retablo ya se pone en marcha...

Granada

En 1919 llega a Granada, donde pronto instalará su casa. Ese año es el gran éxito en París de la puesta de El Sombrero de Tres Picos, también compone el Homenaje a Claude Debussy, solicitado por la Revue Musicale.

La vida en Granada le pone en contacto con un grupo de jóvenes que inician sus actividades artísticas e intelectuales. La gran figura entre ellos es Federico García Lorca, con quien le unirá una fuerte amistad.

Precisamente en unión con ellos organiza en 1922 el primer concurso del Cante Jondo, reuniendo a numerosos intelectuales y artistas para participar en estas jornadas de recuperación del "canto primitivo andaluz", con la participación de intérpretes no profesionales. De estos primeros tiempos en la ciudad admirada son varias pequeñas excursiones con amigos; una de ellas tiene como destino la Semana Santa sevillana.

El 6 de enero de 1923 don Manuel, Hermenegildo Lanz y Federico García Lorca montan en casa de este último una fundación para niños de los populares títeres de Cachiporra, que a pesar de su caracter efímero, ha tenido una gran significación, incluso como ensayo de posibilidades para el retablo próximo.

Después de una representación en concierto, en Sevilla, el Retablo de Maese Pedro se estrena con escena en París. Trabajaron en ella algunos artistas plásticos españoles, coordinados por el autor, como Angeles Ortiz, Hernando Viñes o Hermenegildo Lanz.

Finalmente en Sevilla, en 1925, tendrá lugar la primera versión escénica en España. Falla va en camino del Concerto para clave. Entretanto Psyché se estrena en Barcelona en febrero de 1925, y una década después de su estreno en Madrid, tiene lugar en París la nueva puesta del ballet El Amor Brujo con Antonio Mercé y Vicente Escudero, en el Trianon Lyrique y bajo la dirección del propio Falla.

A comienzos de febrero de 1926, el compositor continuó trabajando detalles del Concerto para clave que se estrena en un "Festival Falla" en el Palau de la Música de Barcelona, el 5 de noviembre, bajo la dirección de Pau Casals y del propio compositor. España y Francia organizan varios homenajes a Manuel de Falla que en este año ha cumplido su cincuenta aniversario. Los homenajes continúan en 1927, en Granada, Madrid, París y Barcelona. La recuperación de los clásicos españoles en el mundo de las letras tiene significación en este año de 1927, con los actos de homenaje a Góngora que llevan adelante los jóvenes poetas y músicos de la nueva generación. En mayo de ese año se estrena, en la Sala Pleyel de París, el Soneto a Córdoba de Luis de Góngora, solicitado especialmente a Falla para esas celebraciones.

En Granada, y en el marco de esas experiencias para recuperar el teatro clásico español, colabora Falla también con la "música incidental" para la representación del auto de Calderón El gran teatro del mundo, que tendrán lugar durante el Corpus en la Universidad de esa ciudad.

Para estos momentos ya comienza a pensar en la obra que le ocupará el resto de su vida: Atlántida. Después de unos trabajos sobre el texto catalán de Verdaguer, a comienzos de 1928 comienza el compositor los trabajos musicales sistemáticos tendentes a escribir una obra con un prólogo y dos partes, destinada a su estreno en las exposiciones universales del año siguiente.

Ya en 1929 se modifica el proyecto inicial y se amplian sus dimensiones. Los trabajos en esta obra ocupan toda la atención de don Manuel, que comunica al pintor y escenógrafo Jose María Sert los avances en la composición.

La década de 1930 será contradictoria y difícil para Falla. El final de la dictadura y el comienzo de la República Española en 1931 se reciba con alegría e ilusión. Su salud comienza a crearle problemas que se acentúan con los enfrentamientos entre la Iglesia y el Estado. En febrero de 1932, en medio de la desesperanza, redacta la primera parte de su testamento. Comienza entonces la búsqueda del silencio para sumergirse en los trabajos de Atlántida que avanzan lentamente y de manera desordenada, ya sin un horizonte inmediato para su presentación.

Siempre acompañado de su hermana María del Carmen pasa una temporada en Mallorca, donde se celebra ese año de 1933 el centenario de Chopin. Allí trabaja en la Balada de Mallorca y en escenas de Atlántida relacionadas con el Mediterráneo. En el mes de febrero de 1934, segunda estancia en Palma, compone Fanfare sobre el nombre de Arbós que luego encabezará su suite Homenajes.

En diciembre de 1935 completa en Granada el Homenaje a Dukas (Pour le tombeau de Paul Dukas), pieza para piano. De este año son las músicas incidentales que hace para la representación en la Universidad de Granada del auto sacramental de Lope de Vega La vuelta de Egipto.

En julio de 1936 se desencadena la guerra civil española. A partir del alzamiento militar comienza una cruel represión en Granada. El 18 de agosto es asesinado Federico García Lorca y el ánimo de Falla sufre el golpe definitivo.

El estado de salud sigue complicado en 1937. Apenas puede andar. Intenta desentenderse de presiones políticas. El 1 de enero de 1938 Franco crea el Instituto de España, del que Falla es designado - sin consulta previa - su Presidente. Las gestiones de don Manuel para dimitir son febriles hasta que lo logra.

Argentina

En el verano de 1939, ya decidido su viaje a Argentina, trabaja en la suite orquestal Homenajes para su estreno en noviembre en el Teatro Colón de Buenos Aires.

El 18 de octubre llegan los Falla al puerto de Buenos Aires a bordo del Neptunia. La guerra europea le preocupa profundamente y afecta su salud. Los trabajos en Atlántida continuaban con las habituales interrupciones a causa de la salud y otras ocupaciones. Falla en todos estos años sobrelleva una penuria económica a causa de no recibir sus derechos de autor, viviendo muy modestamente en Alta Gracia (Córdoba-Argentina).

A pesar de persistir la mala salud, don Manuel sigue fiel a sus trabajos en Atlántida. En 1944 piensa y comenta la posibilidad de dar una parte de la obra en versión de concierto, para lo que deja varias partes ya completas. En 1945 descarta una invitación del gobierno español de retornar a su tierra, y a partir de esas fechas, muertos sus amigos Sert, Zuloaga y Milliet (relacionados con aspectos de Atlántida) trabaja sólo pensando en su aspecto musical. Todavía a finales de agosto de 1946 tenemos constancia de la continuación de los trabajos en esta obra, a pesar de sus problemas de salud. El 14 de noviembre de ese año muere en su casa de Alta Gracia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me acabo de enterar de que si vives en Andalucía, los de Movistar te regalan una Blackberry, unos cascos Skullcandy y un descuento del 30% en tu factura!

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Yo me voy a apuntar, aunque sólo sea por los cascos, que están chulísimos!