Pedro Sarmiento de Gamboa (Pontevedra, 1530 a 1532 - Océano
Atlántico, frente a Lisboa, 17 de julio de 1592) fue un marino, explorador,
escritor, historiador, astrónomo, científico y humanista español del siglo XVI.
Hasta los dieciocho años vivió en la casa paterna, en la
pintoresca ría gallega, edad a la que ingresó al servicio militar. Entre 1550 y
1555 estuvo en el ejército al servicio del emperador Carlos I de España. En
1555 cruzó el océano Atlántico y llegó a México donde vivió durante dos años.
Poco se sabe de su vida durante este período excepto que tuvo problemas con la Inquisición.
El proceso surgió a raíz de una parodia de Auto de Fe, organizada por Sarmiento
en favor de los sobrinos del Obispo de Tlaxcala; de resultas del mismo fue
sentenciado a azotes en la plaza de Puebla y, probablemente, al destierro . De
ahí pasó a Perú donde vivió durante más de veinte años.
En 1557 llegó a Perú. Se desconocen sus actividades durante
los primeros años; pero dadas sus aficiones seguramente los dedicó a completar
su formación marinera estudiando cosmografía, geografía y náutica convirtiéndose,
en notable soldado, experto marino, reputado geógrafo y aventajado perito en
astronomía.
En dos oportunidades tuvo que enfrentar a los tribunales de
la Inquisición en Lima por sospechas de hechicería. A fines de 1564 gozaba de
la reputación de astrólogo, cuando el arzobispo, como inquisidor ordinario, le
inició causa de fe, encarcelándolo. Había sido delatado como nigromántico.
El 8 de mayo de 1565 fue condenado por la Inquisición al
destierro pero el arzobispo le conmutó la pena para que integrara la expedición
al océano Pacífico al mando Alvaro de Medaña que finalmente descubriría las
islas Salomón.
En 1579, el virrey de Peru le ordenó alistar dos naves para
que explorara el estrecho de Magallanes en búsqueda de lugares adecuados para
asentar población y fuertes con artillería para cerrar esa ruta a los enemigos
de España.
Las instrucciones del virrey, que Sarmiento juró cumplir,
fueron explorar detenidamente los canales de la Patagonia y el estrecho de
Magallanes. Levantar cartas geográficas de los lugares que reconociesen.
Averiguar si los ingleses habían establecido asentamientos en alguna parte y
estudiar los lugares en que se podrían establecer fuertes. Prudencia con los
habitantes que encontrara excepto con Francis Drake, al que debería presentarle
combate y prenderlo vivo o muerto si se topaba con él.
Sarmiento zarpó del puerto de El Callao el 11 de octubre de
1579 con dos naves bien equipadas y pertrechadas. La “Nuestra Señora de la
Esperanza” bajo su propio mando y con el título de capitán superior y el “San
Francisco” bajo el mando de Juan de Villalobos con el título de almirante. Para
avanzar más rápido hacia el sur siguió la ruta descubierta años antes por el
marino Juan Fernández.
El 17 de noviembre las naves se encontraban en latitud 50°
sur frente a la entrada a un canal que corría en dirección SE y que a Sarmiento
le pareció podría ser la boca del Estrecho y que bautizó como “golfo de la
Santísima Trinidad”. Los expedicionarios estuvieron alrededor de dos meses
levantando y recorriendo la infinidad de islas y canales y tomaron posesión de
esas tierras en nombre del rey de España. Volvieron nuevamente al océano
Pacífico.
El 21 de enero de 1580 las naves se separaron debido a una
fuerte tormenta. Villalobos fue arrastrado hasta latitud 56° sur y en cuanto el
tiempo se lo permitió regresó al norte pues ya no tenía víveres, recalando en
Valdivia a mediados de febrero.
Sarmiento también fue arrastrado por los temporales hacia el
sur y logró virar hacia el norte, reconociendo la punta NO de la isla
Desolación que llamó cabo Espíritu Santo y que en las cartas actuales figura
como cabo Deseado, fondeando a fines de enero de 1580 en puerto Misericordia.
Avanzó por el Estrecho, que él llamó estrecho de la Madre de Dios, fondeando y
levantando las costas, pasos y angosturas. El 13 de febrero estuvo fondeado en
puerto del Hambre y el 24 de febrero del mismo año salió finalmente al océano
Atlántico dirigiéndose a España con el propósito de presentar al rey un
proyecto para la defensa del Estrecho de Magallanes.
El rey Felipe II de España aprobó el proyecto de establecer
un fuerte en el estrecho de Magallanes con el propósito de asegurar el control
y dominio de ese paso estratégico del Virreinato del Perú, encargándole al
Consejo de Indias planificar la expedición para poblarlo y fortificarlo.
España armó una expedición compuesta por aproximadamente
2.500 hombres, los que embarcó en 23 naves las que puso bajo el mando de Diego
Flores de Valdés. El rey nombró a Sarmiento, gobernador y capitán general del
Estrecho. En la expedición también se embarcó Alonso de Sotomayor, designado
gobernador de Chile, y su tropa.
La expedición zarpó de San Lucar de Barrameda el 25 de
septiembre de 1581 pero un temporal a los pocos días le hundió cuatro naves por
lo que el 9 de octubre regresó al puerto de Cádiz para reparar otras. El 9 de
diciembre de 1581 volvió a hacerse a la mar con 16 navíos rumbo a Río de
Janeiro. En la ruta pararon en una de las islas de Cabo Verde en la que
permanecieron hasta el 2 de febrero de 1582. Allí, la expedición sufrió bajas
por muertes y deserciones. Arribó a Río de Janeiro el 25 de marzo del mismo año
y se detuvo allí seis meses en espera de mejores condiciones de tiempo;
nuevamente perdió gente por fallecimientos y fugas.
El 2 de noviembre de 1582 zarparon hacia el Río de la Plata.
En Buenos Aires el gobernador Sotomayor desembarcó su tropa pues había decidido
continuar a Chile por tierra. Diego Flores de Valdés, con cinco naves, llegó el
17 de febrero de 1583 hasta la entrada del Estrecho, pero el mal tiempo le
impidió ingresar en él por lo que regresó a Río de Janeiro y luego continuó a
España.
Sarmiento se quedó en Río de Janeiro, asumiendo el mando de
las naves con las que intentaría un nuevo viaje al Estrecho. Una vez reorganizados,
el 2 de diciembre de 1583, zarpó con cinco naves y 538 expedicionarios. El 1 de
febrero de 1584 logró entrar al Estrecho llegando hasta la Segunda Angostura
pero luego fueron empujados por la corriente y el viento hasta el cabo
Vírgenes. Allí, Sarmiento desembarcó el 4 de febrero de 1584 y procedió a tomar
posesión de esas tierras en nombre de España, habían transcurrido más de dos
años y medio desde su zarpe de España. El 11 de febrero de 1584 Sarmiento
procedió a fundar la Ciudad del Nombre de Jesús, la primera y más austral
ciudad del mundo en esa época, a tres kilómetros de lo que hoy es el cabo
Vírgenes, en el actual territorio de Argentina. El mal tiempo obligó a cuatro
de las naves dejar su fondeadero y regresar al Atlántico y luego a España quedando
Sarmiento solo con la Santa María de Castro para el servicio de los 338
pobladores de la ciudad.
Sarmiento se dio cuenta que el lugar no podría albergar
tantas personas por lo que decidió fundar otra ciudad que alojaría a la mitad
del total de los pobladores. Envió la Santa María de Castro con 50 pobladores
hacia el lugar en que él había estado en 1580, punta Santa Ana, y él con otros
cien hizo el camino por tierra. El 25 de marzo procedió a fundar en punta Santa
Ana la ciudad Rey Don Felipe, cercana a la actual Punta Arenas, hoy Chile. El
24 de mayo zarpó hacia Nombre de Jesús y luego de un tiempo decidió regresar a
España en búsqueda de víveres para sus poblados. El 29 de junio arribó al
puerto de Santos donde las autoridades le proporcionaron víveres y elementos
para sus colonias.
Zarpó hacia el Estrecho pero a la altura de Bahía un
temporal destruyó la Santa María de Castro que se hundió con toda su carga.
Sarmiento y algunos tripulantes se salvaron logrando llegar a la costa. El 3 de
octubre logró regresar a Bahía cuyo gobernador lo ayudó una vez más regalándole
una embarcación pequeña de 60 toneles en la que volvió a cargar víveres para
sus dos poblaciones y el 13 de enero de 1585 zarpó nuevamente en dirección al
estrecho de Magallanes. Otra vez una tempestad le hizo arrojar al mar toda la
carga para poder salvar la embarcación y regresar a Bahía, puerto en que sus
tripulantes se negaron a continuar embarcados.
El 22 de junio de 1586 emprendió el regreso a España en una
nave mercante. En el viaje la nave fue atacada por tres buques ingleses de la
flota de Walter Raleigh. Hecho prisionero fue conducido ante la reina Isabel I
de Inglaterra quien, luego de interrogarlo, lo dejó en libertad encomendándole
una misión que transmitir al rey de España. El 30 de octubre de 1586 Sarmiento
inició el regreso a España; pasó por París y cuando llegó a la frontera con su
patria, el 9 de diciembre del mismo año, fue capturado por los hugonotes
quienes lo encerraron en la prisión de Mont de Marsan y pidieron un elevado
rescate por su libertad. Inicialmente Felipe II se negó a pagar rescate por él,
pero finalmente, en diciembre de 1589, el monarca firmó una cédula en la que
ordenó el pago del rescate. El fiel vasallo regresó a su patria después de
estar casi diez años fuera de ella.
El fracaso de la expedición al Estrecho hay que buscarlo en
la inexperiencia y falta de capacidad como organizador de Flores de Valdés,
pero más que nada en la carencia de un apoyo naval eficiente y en la
inclemencia del mar y del clima austral. Sarmiento continuó pidiendo socorros
para la gente del Estrecho, pero Felipe II ya había decidido desentenderse de
ese problema. Como una forma de compensar los servicios y desvelos con la
Corona en 1591 le nombró almirante de una de las Armadas encargadas de proteger
las naves de la flota de Indias.
El 17 de julio de 1592, falleció mientras dirigía una flota
cerca de la capital portuguesa. Sus restos se sepultaron en un ignoto sitio de
Lisboa. Para la historia ha quedado la admirable descripción del golfo de la
Trinidad y del estrecho de la Madre de Dios, las recomendaciones para la
navegación de los canales patagónicos y del estrecho de Magallanes han sido
ensalzadas por los hidrógrafos modernos que han trazado las cartas definitivas,
entre ellos el vicealmirante Fitz Roy.
La obra de Sarmiento tiene dos características: su variedad
y cantidad. 1 historia, 10 relaciones, 5 memoriales, 17 cartas, poesías y otro
escritos conocidos o desafortunadamente desaparecidos son su legado. En ellas
emplea un rico vocabulario, viveza en el lenguaje y una gran capacidad
descriptiva.
No existe a comienzos del siglo XXI un estudio completo
sobre su obra literaria, no porque no haya interesado, sino porque el azar ha
ocultado hasta ahora datos y obras. Recién en el siglo XX se descubrió su
“Historia Índica” lo que impulsó nuevas investigaciones y búsquedas.
Finalmente, hay que destacar su habilidad como navegante y
sus inquietudes culturales. Poseedor de un vasto saber náutico, su facilidad
con la pluma denota el contacto con un foco cultural de primera línea, se
recuerda su conversación con la reina Isabel en latín.
El lago Sarmiento de Gamboa, lago de Chile ubicado dentro
del Parque Nacional Torres del Paine, en la Región de Magallanes y de la
Antártica Chilena, honra su memoria.
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